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¿Cómo cuentas tu historia?


La realidad es tal como es o fue, y no podemos cambiarla. Existe una realidad objetiva que es la misma para todos. Pero podemos tener diversas opiniones. Las opiniones, podemos estar de acuerdo o no con las opiniones, si alguien dice: Los chiles en nogada me parecen desagradables, muchos estaremos en desacuerdo, pero es su opinión. A otro pueden parecerle que las manzanas son más sabrosos que los mangos y nuevamente muchos estaremos en desacuerdo, pero no podemos decir que esta equivocado. Sin embargo, si alguien dice que 2+2 son 5 no es una opinión, sino un error ya que va en contra del hecho comprobado que 2+2 son cuatro.


Daniel Patrick Moynihan, político, diplomático y sociólogo estadounidense, fallecido en 2003, es conocido por su frase: “Everyone is entitled to his own opinion, but not his own facts” (Todos tienen derecho a su propia opinión, pero no a sus propios hechos). Los hechos y la verdad son importantes, pero en tiempos de postverdad, desafortunadamente, no son siempre valorados.


Un hecho es algo que se conoce por haber sucedido o por existir, especialmente si hay pruebas que lo respalden. La verdad es aquello que está en concordancia con los hechos o la realidad. Volviendo al ejemplo de los chiles en nogada, a alguien pueden no gustarle, pero no hay pruebas que demuestren que sean intrínsecamente desagradables; la realidad es que millones de personas los disfrutamos en esta temporada. Es sólo una opinión. En contraste, que el número cinco sea el resultado de sumar dos más dos es un error. Punto.


Lo falso es aquello que es contrario a los hechos y a la verdad. Los hechos y la verdad comparten una característica en común: no existen hechos falsos. Si alguien afirma que dos más dos son cinco, esa afirmación es falsa.


Los periódicos y medios de comunicación, distinguen (o deben hacerlo) entre lo que es una nota o reportaje y un artículo de opinión. Los primeros deben ceñirse a los hechos, y los segundos reflejan las reflexiones de ciertos autores sobre los hechos, que varían según el color de la lente de quien las escribe o en otros tristes casos, dependiendo de quien las pague o la línea editorial.


Los hechos y la verdad, no tienen problema. No existen hechos falsos ni verdades falsas. Pueden ser duros, dolorosos, positivos o negativos. El problema surge cuando tratamos de hacer pasar una opinión por un hecho. Las opiniones y creencias no son hechos ni verdades; existen en nuestra mente y provienen de lo que ya está en ella. Hay que estar alerta porque al tratar de queremos validar nuestra opinión o creencia, tendemos a buscarla dentro de aquellos que piensan como nosotros, en lugar de basarnos en los hechos. Lo que nos lleva a fanatismos. Así se crea la secta de “dosmásdosescinco” y no van a creer en otra cosa aunque el propio Pitágoras se los explique.


Tenemos dos ejemplos recientes de personas que hacen pasar sus opiniones por hechos. El primero es Donald Trump, quien en 2015 afirmó: “Cuando México envía a su gente, no envía lo mejor. Están enviando gente con montones de problemas. Están trayendo drogas, están trayendo crimen, son violadores y algunos, asumo, que son buenas personas”. Eso es sólo su opinión. La realidad, según un estudio de The Marshall Project de 2022, reveló que no hay relación entre el crimen y la reciente afluencia de inmigrantes. En México no cantamos mal las rancheras. De acuerdo con un artículo de la revista Emme Equis: “las mañaneras son el reino de las afirmaciones falsas o difíciles de comprobar”.


¿Qué hacer? Seamos escépticos. Ante tantas noticias falsas sólo nos queda investigar antes de opinar. Leamos tanto a quienes piensan como nosotros como a quienes tienen opiniones opuestas. No demos por cierto nada sin investigar para formar nuestra propia opinión. Conozcámonos, reconozcamos nuestros sesgos conscientes e inconscientes y, ante la verdad, reconocer el error y cambiar de opinión.


Así como tenemos derecho a nuestra propia opinión, tenemos derecho a elegir la forma en que vemos los sucesos de nuestra vida. Ante una situación difícil podemos elegir vernos como eternas víctimas o tomar el aprendizaje. Toma un poco de tiempo, pero vale la pena. Los amigos de verdad, son un báculo de apoyo indispensable. Recuerdo cuando me despidieron de un trabajo hace ya varios años, le conté a una arquitecta que trabajó en el mismo lugar y me dijo: “Qué bueno, no apreciaban tu trabajo, no te trataban bien. Ya estás libre para algo mejor. Sus palabras fueron un bálsamo que disiparon miedos, y efectivamente, logré hacer cosas mucho más relevantes para mi, entre ellas, escribir tres libros. En primero de primaria, sufrí acoso escolar. Unas niñas “grandes” (de cuarto de primaria) me arrastraron en el patio de la escuela, sin ton ni son. Todavía recuerdo el nombre de la acosadora, pero prefiero recordar las palabras de mi padre, que intentaban ser tranquilizadoras, aunque su angustia era evidente.

Hoy, que ya no está, el recuerdo no me duele, me da consuelo y ternura. Lo mismo ocurre con una ruptura amorosa, un divorcio o las críticas hacia nuestro trabajo o apariencia. Depende de nosotros lo que aprendemos de estas experiencias y cómo elegimos interpretarlas.


Una gran lección nos las dio Paula Leitón en las recientes Olimpiadas de París 2024. Ante los ataques de gordofobia que sufrió, eligió no ser víctima y habló sobre la importancia de aceptar la diversidad de cuerpos y amar el propio. Me declaro su fan. Pueden ver el vídeo aquí.


Podemos elegir como vivir y como narrar nuestras circunstancias, un amigo muy querido, cuando hablo de escasez o problemas, siempre me dice: “Fíjate en lo que estas diciendo” o “si tu lo dices”. Tiene tanta razón. Nuestras palabras tienen fuerza y también nuestra atención. Si nos centramos solamente en lo malo de nuestra vida y no paramos de hablar de ello, nuestra percepción de la realidad será así. Volviendo a la frase de Moynihan: No podemos cambiar los hechos o circunstancias, pero tenemos el derecho a elegir ver los cambios como crecimientos y las crisis como oportunidades, o ser víctimas. Nosotros somos quienes contamos nuestra historia. ¿Tú, como cuentas tu historia?


Buen domingo y gracias por leerme. Espero tú opinión dejando un comentario en el blog, o en mi cuenta de X @FernandaT

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