Podredumbre cerebral (brain rot) fue la palabra que el Oxford University Press (OUP) eligió como la palabra del año. La casa editorial de mayor reconocimiento en el Reino Unido y una de las más prestigiosas a nivel mundial, definió la podredumbre cerebral como “el supuesto deterioro del estado mental o intelectual de una persona, especialmente visto como resultado del consumo excesivo de material (ahora particularmente contenido en línea) considerado trivial o poco desafiante”.
Pocos saben más de las palabras que quienes se dedican a estudiarlas. Las palabras tienen fuerza que va mucho más allá de las letras que las componen. Cada año, las principales casas editoriales de diccionarios, como Oxford, Merriam-Webster, Macquarie y la RAE eligen una palabra que será la que refleja las preocupaciones, el humor y el carácter distintivo del año.
El que podredumbre cerebral sea la elegida por OUP y finalista en la selección de Merriam-Webster, nos hablar de una realidad que vivimos pero elegimos no ver: el impacto dañino de las redes sociales. Los expertos de OUP se percataron de que “brain not” ganó prominencia este año como un termino que captura las preocupaciones del alto consumo de contenido de muy baja calidad en línea. Me pongo como ejemplo, ¿cuántos libros hubiera leído este año de no haber pasado tanto tiempo en X? ¿Qué otras cosas podría haber hecho? Si bien somos los qué elegimos qué ver y a quién seguir y cuánto tiempo pasamos en redes sociales, también es cierto que existe una clara preocupación sobre el impacto dañino de las redes sociales en particular, entre los más jóvenes.
Si bien la palabra puede parecernos nueva, ni la palabra ni el problema que reflejan lo son. Fue Henry David Thoreau, en su libro Walden, publicado en 1854, quien utilizó la palabra “Brain Rot” siendo este el primer usos registrado de la misma, donde critica la tendencia de la sociedad a desvalorizar ideas complejas a favor de las más simples, lo que indica un declive en el esfuerzo intelectual.
¿Quién hubiera adivinado hace más de un siglo que se aplicaría perfectamente a lo que vivimos en la llamada “era digital”? Así como podemos intoxicarnos con comida en mal estado o “empacharnos” cuando comemos demasiado, nuestro cerebro resiente este consumo excesivo de contenido en línea trivial, enajenan y de baja calidad generando un impacto negativo en nuestra capacidad intelectual. Sabemos que hemos perdido capacidad de concentración, tan necesaria es para desempeñar tareas importantes. Hablamos mucho de cómo mantener en buen estado nuestro cuerpo, pero no de nuestro intelecto. Un buen propósito de año nuevo (y de mucha importancia) sería poner límite al tiempo de pantalla y a la par que desintoxicamos nuestro cuerpo, desintoxicar nuestro cerebro con una desintoxicación digital. ¿Qué les parece?
Buen domingo y gracias por leerme.
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Si quires saber mas consulta: https://corp.oup.com/word-of-the-year/#shortlist-2024
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